El futuro de los Boston Celtics.
Mi plan para hoy era escribir la previa de los Orlando Magic, pero a actualidad manda y Twitter está que hecha humo con las últimas informaciones que nos llegan de Massachusetts (Nba Twitter is the best!)
Según se comenta, los Boston Celtics van a perder este verano a sus dos principales agentes libres, Al Horford y Kyrie Irving. El equipo que se formó hace solo un par de años con la llegada de este último y Gordon Hayward, y que parecía destinado a dominar el Este durante una década, se rompe (al menos parcialmente) antes de tiempo y con un balance de éxitos bastante escaso. Y sin embargo

….no….me…parece….del……todo….mal……que…..se…..vayan…..Irving……y……Horford…….
(aaaaaaaaaaaaaaaarrrrrgghhhghhgghgh me ha dolido escribirlo y todo)
El caso es que lo lógico sería que a cuanto más talento aúnas en tu plantilla, mejores resultados obtienes. Por eso el objetivo siempre de las franquicias es cazar grandes talentos. Por eso, dejar marchar a Kyrie Irving y Al Horford a cambio de nada parece una auténtica locura. Sin embargo, a veces la fórmula química no funciona. Y el caso es que, ya fuera por incompatibilidades deportivas o personales, lo que es evidente es que, en el caso de estos Celtics, la química ha sido un problema.
Bajo mi punto de vista, a este respecto ha habido 3 factores claves. Primero, el ego y la falta de certeza con respecto a lo que iba a hacer Irving. No ha sabido ser el líder que demandaba ser, ha hecho bastantes comentarios públicos poco afortunados, y ha creado un clima de inestabilidad y desconfianza en el vestuario que luego se notaba en la pista, a la hora de correr, de esforzarse, de hacer las ayudas en defensa, en definitiva, de estar al 100% con el proyecto. Daba la sensación que no se lo terminaban de creer. A este respecto, los rumores sobre un posible traspaso por Anthony Davis también deben haber afectado.
En segundo lugar, los jóvenes. Principalmente, los Jays y Rozier. Por talento, su posición es la de futuras estrellas o cuasi estrellas de la

liga. Pero tras llevar a la franquicia a un séptimo partido de las finales de conferencia el año anterior, este año se les pidió que se echasen un poco a un lado, que dejasen espacio a las “verdaderas estrellas”, y que tomasen más posiciones de jugador de rol. Y, como se ha visto, no lo han gestionado bien.
Por último, la situación de Hayward. Desde un principio a mi me pareció que iba a ser él el equilibrio en la cancha, la pausa, el enlace entre unos y otros, el contrapeso a la bendita locura de Irving. Pero su grave lesión se lo cargó todo, y los desesperados intentos por que volviese a ponerse en forma rápido, a veces a costa de darle privilegios que quizá no merecía, parece que también han hecho mella.
El caso es que nos encontramos en la agencia libre de 2019, y los Celtics tenían que tomar una serie de decisiones. Y parece que la una la van a tomar por ellos, y otra la otra, pues no va a ser la que esperábamos. Irving les ha dicho que se pira, y los Celtics no están dispuestos a satisfacer las exigencias económicas de Horford.
Pero retrocedamos un instante para ver mejor el paisaje. Previo a iniciar las negociaciones y a firmar a nadie, el panorama que tiene en la franquicia verde es el siguiente: un núcleo joven con pinta de súper estrellas en Brown y Tatum, pero aún muy jóvenes, con 21 y 22 años, toda una carrera por delante y 4 o 5 años aún para que entren en su prime, sus años más productivos. ¿Por qué tener prisa? Aparte, tienen a Gordon Hayward, una ex estrella de 29 años y con un contrato prohibitivo durante las próximas dos temporadas, que necesita tiempo, paciencia y generosidad para volver a su estatus anterior. Esas tres piezas son el núcleo central.
Aparte, tienen a Marcus Smart, el corazón del Garden, el centurión en pista que lo da todo, con un contrato aceptable para los próximos tres años. Y 25 años, es decir, justo entre Hayward y los Jays. Perfect. Aparte, tienen a varios jóvenes por desarrollar con contrato rookie: Yabusele, Ojeleye y Robert Williams. Y Aaron Baynes, que se me olvidaba. Un complemento interesante, pero complemento a fin de cuentas.
A esto, sumémosle 3 primeras rondas en este draft: picks 14, 20 y 22. Pueden conseguir algún joven interesante, pueden juntarlas y traspasarlas para subir a un puesto más alto en el draft y conseguir justo la pieza que quieren.
Bien, la reconstrucción joven parece viento en popa. ¿A qué viene ese clima de derrota? “Pues por lo que pudo ser y no fue”. Ya, os entiendo. Pero, como en las relaciones en la vida, ¿no hemos aprendido que cuando algo vemos que no va a funcionar, por mucho que duela, lo mejor es ponerle fin cuanto antes, para así evitar que en un futuro duela más, y las partes acaben peleadas? Pues en esas estamos en Boston. Con el núcleo citado, los Celtics necesitan indudablemente un pívot, y Horford sería perfecto, pero tiene 33

años, muy lejos de la edad del núcleo. Según se ha filtrado, aspira a conseguir un contrato de 100 millones y 4 años, lo que tendría al bueno de Horford cobrando 25 millones con 35 y 36 años. Es de esperar que para entonces su rendimiento se resienta bastante, y sería por ese momento cuando los Jays empezaría a entrar en su madurez deportiva. El contrato de Horford se convertiría entonces en una carga, dificultaría extensiones de jóvenes, o el conseguir las piezas, los retoques que faltaría.
Por otro lado, Irving. Parecía justo lo que necesitaban, pero ha resultado ser todo lo contrario. El base que necesitan en Boston de ahora en adelante debe ser más generador y menos ejecutor. Debe ser más generoso, capaz de hacer que todos coman un poco, y no comerse él la mayoría (de tiros) y dejar lo que sobre para que se peleen el resto. Y sobre todo, debe ser menos bocazas en general y con la prensa en particular. Mejor un clima calmado y afable para crear química de equipo campeón. Tampoco hace falta que sea hermético como Kawhi, un término medio puede bastar (haHAhaHA).
Un paso atrás para dar dos hacia adelante, una retirada a tiempo es una victoria, pongan aquí los dichos y lugares comunes que más les peguen. El caso es que da la sensación de que Boston se derrumba, cuando lo que a mí me parece es que deja caer la partes que son insostenibles para salvar la estructura central y reconstruir desde ahí, que no es lo mismo que reconstruir de 0, ni mucho menos. Boston puede ser equipo de playoffs este mismo año y seguir cocinando a fuego lento su núcleo joven.
Aparte de dejar marchar a los dos grandes nombres e hilar fino en el draft, ¿qué le queda por hacer a Ainge este verano? Está el tema Rozier. Yo intentaría retenerlo con un contrato similar al de Smart. Si le hacen una oferta superior, un contratazo de alguna franquicia con espacio salarial y que se quede sin su gran objetivo (Knicks, no quiero mirar a nadie), lo dejaría marchar. Se pueden conseguir otros bases aseados y baratos en esta agencia libre, véase Ricky, véase Darren Collison. O si no, otra opción puede ser jugártela con DLo, que es de la edad de Jaylen, y creo que sí que merece un gran contrato y puede casar bien con los Jays.
El resto de agentes libres, Theis no ha estado mal pero tampoco merece mucho más de un mínimo, y Marcus Morris, bueno este sí se ha estado saliendo, posiblemente le ofrezcan bastante pasta en algún sitio donde encaje más y sea más necesario que en Boston. Tristemente, también habrá que verlo partir. Se quedaría un vestuario saneado, roles más definidos y aceptados, e incluso espacio salarial para algún retoque, que yo centraría en la gran debilidad de Boston estos últimos años: el rebote. Ed Davis sería la opción barata, aunque no le van a faltar novias. WCS y Thomas Bryant me han parecido bastante interesantes y creo que podrían encajar, aunque creo que mi primera opción, y para firmarlo a largo plazo y jugármela, sería Kevon Looney. Alrededor de 8-10 millones a largo plazo, puede convertirse una ganga, y da la sensación de que nadie lo tiene en cuenta. A ver qué pasa, “In Ainge We Trust”.
Se avecina una reconstrucción más larga de lo esperado. Se avecinan tiempos más tranquilos en Boston. Quizás eso sea bueno. Lo que rápido llega, rápido se va (último cliché, promise…)